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Por Bernardita Zambrano rscj“Es posible cambiar la historia, es posible la esperanza. Hay que acogerla como la pequeña, vulnerable, fuerte y firme semilla del Reino que puede “afectar” la historia entera. La trama de ese tejido empieza a estar, también en manos de mujeres. Dios quiera que las manos de las mujeres estén también en las manos de Dios”.
Con estas palabras de María Teresa Porcile, teóloga uruguaya, se convocó al I encuentro Mujeres Iglesia, motivado por un sentir profundamente eclesiológico bajo el título de: “Mujer, ¿qué dices de ti misma?”.
Soledad Tejeda, Magdalena Muñoz, Francisca Guerra, Judith Schönsteiner, Carolina del Río, Lourdes López fmm, Carola Reyes y Bernardita Zambrano rscj son un grupo de mujeres, de las cuales algunas de ellas ya veníamos desde hace un año, reflexionando sobre el lugar de la mujer en la Iglesia. Ellas, para dar un paso concreto en esta reflexión, se movilizaron para invitar, a su vez, a mujeres de diversos ámbitos de Iglesia y de lugares del país. El interés fue grande y al final, pudieron asistir 84 mujeres.
Este encuentro auto-convocado por mujeres y para mujeres, se llevó a cabo el 10 de junio de 2017, durante todo el día, en un lugar fundado también por mujeres, el Colegio de la Compañía de María.
La metodología, fue en primer lugar, la escucha de las incomodidades que vivimos las mujeres hoy en la Iglesia, dejándonos interpelar por Jesús con las palabras: «Mujer, ¿por qué lloras?«. Un segundo momento estuvo iluminado por la teóloga Carolina del Río que nos ayudó con algunos conceptos desarrollados por la teología hecha por mujeres y también nos puso al día respecto a los pasos que la Iglesia ha intentado dar durante el pontificado del Papa Francisco, pero que no han avanzado y más bien se encuentran estancados.
Conscientes de no poder esperar que los cambios vengan desde la Iglesia institucional sino desde mujeres y hombres movidos por un mismo Espíritu, en el tercer momento, delineamos algunos caminos a recorrer cada una desde sus lugares eclesiales. También se manifestó el deseo de seguir acompañándonos en esta toma de consciencia y búsqueda de un lugar de anuncio más pleno: “Mujer, ¡dile a mis hermanas y hermanos!” ¡Será buena noticia para las mujeres, y también los hombres, que siguen creyendo en el proyecto del Reino de Dios querido por Jesús! En muchas, surgió el deseo de hacer un segundo encuentro.
Se vivieron momentos hondos de oración, recordando a las mujeres significativas de nuestra historia de fe y las mujeres de la historia de la salvación. Hubo espacio para conectarse con lo más profundo, con la fuerza vital del don de ser mujeres, para ello, la danza fue clave para volver a la alegría, a la autoconfianza y a la esperanza.
El encuentro concluyó con una liturgia honda, sentida y vivida desde las entrañas y el corazón, que durante todo el día la Ruah había ido tocando. Se hizo memoria de Jesús, se pidió la bendición para todos los lugares donde las mujeres vivimos y estamos, y para nosotras mismas, y se experimentó un momento único de comunión.
La semilla fue esparcida y la tierra estaba preparada. Las mujeres atesoramos en el corazón el canto con la esperanza y la promesa de la canción: “Ruah, Ruah, aliento de Dios en nosotras, Ruah, Ruah, Espíritu de nuestro Dios.”
Contacto: mujer.iglesia.chile@gmail.com FB: @MujeresIglesiaChile
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